LA LECHE MATERNA REGULA EL RELOJ INTERNO DEL BEBÉ.

LA LECHE MATERNA REGULA EL RELOJ INTERNO DEL BEBÉ.

LA LECHE MATERNA REGULA EL RELOJ INTERNO DEL BEBÉ.

La variación en su composición a lo largo del día tiene efectos beneficiosos en el descanso nocturno, tanto de la madre como del niño.

04-10-2019

Según explica Leonardo Landa-Rivera, pediatra, y cofundador de APILAM, el cambio en la composición de la leche materna durante el día, e incluso durante la misma toma, es un hecho ampliamente conocido: “Los investigadores han demostrado la existencia en la leche humana de sustancias bioactivas o moduladores, con influencia en la maduración y funcionamiento de sistemas importantes tanto digestivo como neurológico e inmunológico”. Sobre la relación que existe entre lactancia materna y sueño infantil con relación a dichas sustancias, Marta Moraleda-Cibrián, miembro del grupo de trabajo de Pediatría de la Sociedad Española del Sueño (SES) y experta en Sueño Materno-infantil en la Clínica Corachan (Barcelona), manifiesta que la variación en la composición de la lactancia materna a lo largo del día tiene efectos beneficiosos en el descanso nocturno, tanto de la madre como del bebé. “Durante el día la leche materna es rica en cortisol y otros aminoácidos promotores de la vigilia, durante la noche la composición cambia y pasa a ser rica en sustancias promotoras del sueño como la melatonina”, explica.

Investigaciones recientes, como la señalada más arriba, sugieren que la composición de la leche materna también cambia en sincronía con los ritmos circadianos de la madre, lo que está relacionado con el desarrollo neurológico y el patrón de sueño de los bebés y niños amamantados. Según Jennifer Hahn-Holbrook, psicóloga e investigadora principal del mencionado estudio, esto ocurre porque “la biología circadiana controla funciones básicas como digerir los alimentos, crecer, dormir y jugar”, por lo que el cuerpo del bebé debe aprender en los primeros meses cómo adaptarse a los ritmos (cuándo dormir vs. cuándo estar despierto y comer). “Los bebés que están enfermos en las unidades de cuidados intensivos, y que no están expuestos a patrones regulares de luz y oscuridad, por ejemplo, no crecen, ni duermen ni comen igual, y están enfermos más tiempo. Presumiblemente, porque sus cuerpos no pueden organizar su comportamiento y biología de manera eficiente durante el día”, apunta.

Más información en el enlace…